jueves, 26 de mayo de 2011

Carrera: Semana 1

Participo en una carrera de kilos en el blog de Cold Prince. Debo decir que pensé que sería difícil regresar por completo a Mía pero no lo fue, lo difícil es evitar que se den cuenta cosa que no llevo muy bien.
Los primeros cinco días habían sido bastante provechosos, demasiado. Bajé tres kilos y eso era algo espectacular.
Siempre lo había deseado y gracias a Mía lo estaba logrando.
Hubo un día en que vomité cinco veces y ese día me sentí un poco mal, pero de ahí en fuera, esos cinco días fueron extraordinarios.
El problema llegó cuando el viernes mi madre me despertó con la noticia de que mi abuela estaba agonizand y quería que la fuera a ver. No dudé es la matriarca de la parte de la familia que más bien me cae por lo que tomé el primer autobús hasta mi ciudad de origen y cumplí con la familia, pero eso implicaba defraudar a Mía.
La casa en la que estabamos era grande pero sólo había un baño el cual siempre estaba abarrotado, con gente haciendo fila y a la expectativa de que alguien saliera, siempre, ¡las 24 horas!
Las habitaciones ni hablar, no había una sola desocupada, la cocina escupía gente, las salas de estar ni se diga. Total que las posibilidades de vomitar eran escasas, por no decir que no había.
Lo que me llenó de orgullo fue que más de tres personas me dijeron que me veían más delgada y con eso me levanté el ánimo, la comida que mi madre me servía la regalaba a los perros que tienen en el casa, o comía sólo la mitad, debo confesar que esos días anduve deambulando de un lado a otro sin poder vomitar y todo lo que llegaba a mi boca (o que mi madre metía en mi boca) tuve que comerlo, todo. Si lo sé, soy una puerca.
Llegué a mi casa el martes de esta semana, la segunda parte de la carrera ya había comenzado y yo tenía dos días perdidos así que esto se estaba convirtiendo en un martirio.

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