miércoles, 11 de mayo de 2011

Aún peor...

No puedo creerlo, soy una cerda que además de todo cocina.
Si el diez de mayo había sido feo, el once lo fue aún más, desayuné un yogurth en la escuela porque me comenzó a arder el estómago, justo cuando acababa me fui al baño porque no quería ese alimento en mí, y ¿qué pasó? pues los desgraciado baños estaban cerrados.
Para coronar, mi abuela metió en mi mochila comida para el almuerzo y una amiga me invitó a almorzar con ella, le dije que no y se molestó por lo que al final accedí.
Me atasqué con mi almuerzo y con lo que ella me había comprado, como tenía trabajo pendiente pensé en hacerlo después de vomitar pero nada, no pude, ni siquiera intenté mucho porque estaba cansada.

Con pesadez extrema llegué a mi casa y me acosté, no tenía intención alguna de comer con mis abuelos por lo que saludé y subí inmediatamente, sólo alcancéa cambiar de ropa antes de tirarme en la cama. Dormí por cuatro horas y media.
Al menos con ese tiempo se hacían nueve horas que no comía nada, pero en ese momento mi abuela llegó con un plato de comida y se sentó a platicar y a esperar a que yo terminara. Estuvo antes de empezar a comer, durante toda la tragadera y después de ella, casi una hora. No tenía esperanza de vomitar ya nada.

Menudo fiasco resultaste Patricia.

Encima de todo mi madre me ordenó  preparar los aperitivos de una reunión que habrá en la casa y tuve que preparar pay de mango, ocho para ser exactos.

Justo cuando terminé, me senté y vi uno que había quedado mal, son moldes de pay pequeños pero aún así no pude detenerme. Me lo sampé todo. Afortunadamente mi abuela ya se había ido a dormir y tuve oportunidad de devolverlo completo, hasta que salió ácido de mi boca.

Al menos me queda el consuelo de que devolviste algo...

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